Santuarios arqueológicos
Monumento Arqueológico El Cuarto del Rescate
El Monumento histórico conocido como el “Cuarto del Rescate” es una construcción incaica ubicada en el distrito, provincia, departamento y región de Cajamarca. Específicamente a 50 metros de la Plaza de armas y fue durante la época de invasión española, el lugar de cautiverio del Inca Atahualpa. Este Monumento incaico en Cajamarca es importante ya que durante el periodo en que Pizarro y los españoles se encontraron en el lugar ordenaron la demolición de la mayoría de los edificios incaicos de la zona, por lo que muchos de los vestigios arquitectónicos de la presencia Inca en Cajamarca se encuentran bastante arruinados, siendo el único que aún se mantiene en pie (salvo por algunas desmejoras naturales) El cuarto del rescate.
El Cuarto del Rescate también resalta ya que es parte de la historia y el mito, según las crónicas el Inca Atahualpa viéndose preso de los hombres hispanos prometió a Pizarro llenar esa habitación (hasta donde alcanzara la mano levantada del Inca de oro una vez y dos veces de plata) a cambio de su liberación. Los españoles, dirigidos por Pizarro, aceptaron y la solicitud de Atahualpa del transporte de los metales se hizo de inmediato; pero una vez pagado el monto del rescate del Inca este fue acusado de idolatrías de no querer revelar la ubicación del tesoro Inca, entre otras cosas; acusaciones que lo llevarían a su ejecución en la plaza de armas de la ciudad. Se dice que en cálculos actuales el monto del rescate habría sido el más caro pagado hasta la fecha y alcanzaría el total de más de 5 millones de libras esterlinas.
Santuario de Punkurí
El Santuario de Punkurí es un sitio arqueológico construido con finalidades religiosas que se encuentra ubicado en el distrito de Nepeña, en la provincia de Santa, en la región y departamento de Ancash y formaría parte de las construcciones dejadas por la cultura Sechín. Este templo fue descubierto por el arqueólogo peruano Julio César Tello quien cerrara con fines conservadores sus excavaciones en 1933 para prevenir los saqueos recurrentes de la época. El Santuario de Punkurí es también llamado Santuario del Puma a causa de la escultura de un puma (o animal felino) que se encuentra en actitud de reposo sobre las primeras escalinatas del templo y quien ostenta grandes colmillos. Algunos estudiosos creen que este felino sería la representación de la deidad protectora del santuario. La escultura está hecha a base de barro y presenta una cabeza de 2 metros por 88 centímetros y un cuerpo o base de un metro de longitud por 70 centímetros de ancho. En su pigmentación se observa la presencia del color blanco para los colmillos y el rojo para sus demás dientes y la boca. Delante de la deidad de Punkurí, durante las excavaciones en la escalinata que realizara Tello, se encontró además el cuerpo de una mujer que habría formado parte de un sacrificio al ídolo dentro de una ceremonia ritual.
Santuario de Wariwilca
El Santuario de Wariwilca (también llamado Wari Willka) se encuentra ubicado en el distrito de Huancán, en la provincia de Jauja, dentro del departamento y región de Junín. El nombre Wari Willka proviene de dos palabras, la primera “Wari” que quiere decir antiguo y “Willka” que quiere decir Viejo, y cuyo significado en conjunto sería Santuario Viejo o Antiguo. El lugar es importante porque es considerado una pacarina, esto es un lugar donde se originó un pueblo, en este caso el de los huancas que salieran del manantial aún vigente en el sitio.
El Santuario de Wariwilca era el lugar de adoración del dios Wanka y donde se le realizaban diferentes sacrificios. Si bien este sitio está relacionado con la cultura Huanca, muchos atribuyen la construcción a la cultura Wari; esta habría sido edificada por el años 800 y 1200 de nuestra era. Respecto a su papel en relación con el culto al dios Wanka, hay que decir que mucha de su estructura está basada en la adoración a este ya que la presencia de los doble muro que se pueden observar en el recinto estaban diseñados así para poder servir de cárceles de las víctimas ofrecidas en sus sacrificios rituales entre las cuales podían encontrarse niños (aunque también animales como cuyes, llamas y perros).